lunes, 9 de diciembre de 2013

España: Así gastan los ladrones parte de lo robado


Así gastaba "el blesa" tu dinero y el mio

La historia del inspector de Hacienda que iba en moto a hacer la declaración a Aznar y acabó viviendo como un mafioso inmensamente rico

"El blesa", depredador de Caja Madrid

Si el presidente de Caja Madrid hubiera sido tan certero como banquero como con el rifle, la entidad no habría necesitado 22.424 millones. HdP

El suplemento Crónica de El Mundo  dedica su portada de este domingo 8 diciembre 2013 a un amplio y excelente reportaje de Javier Castro Villacañas sobre el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa (Linares, Jaén, 1947), titulado El cazador de Caja Madrid.

La información comienza señalando que de todas las cacerías en las que participó Miguel Blesa a lo largo de su vida, una recobra todo su significado. Tuvo lugar el 8 de septiembre de 2009 en Rumanía y se llevó por delante a un ejemplar de oso pardo común de unos 400 kilos de peso. El abatimiento se realizó en plena cordillera de los Cárpatos. Las tarifas que se pagaban entonces por cada pieza de oso rumano oscilaban entre los 15.000 y los 23.000 euros. Rumanía sigue sin permitir más de 300 licencias al año. Es un negocio vedado para los más ricos de los ricos europeos --El caradura de Blesa afirma que nunca entendió por qué le metieron en la cárcel--..

Por aquellas mismas fechas, el entonces presidente de Caja Madrid participaba en otro tipo de cacería, con trifulca empresarial incluida. Aunque ésta tenía como escenario los alfombrados despachos del poder político madrileño. Blesa aspiraba a un tercer mandato al frente de la caja del oso: a mediados de los 90, Caja Madrid cambió su logo y dejó únicamente la imagen de un oso, que simboliza a la capital de España.

Explica El Mundo que no lo consiguió. La pelea entre la entonces presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, fue a dentellada limpia. Gallardón apoyaba a su amigo Blesa, mientras que Aguirre quería colocar a uno de los suyos: Manuel Pizarro. Intervino Mariano Rajoy y la pelea terminó en tablas: Blesa abandonó Caja Madrid el 28 de enero de 2010 siendo sustituido por Rodrigo Rato. Pero el oso verde de la entidad ya había sido derribado, estaba moribundo y feneció a los pocos meses, tras 300 años de historia (fue fundada por el sacerdote aragonés Francisco Piquer en 1702) y su entierro final dentro del conglomerado de Bankia, entidad asimismo rescatada de la quiebra con la aportación de más de 22.424 millones de euros públicos. ¿Compartió con ruiz gallardón?

La Audiencia Provincial de Madrid consideró en junio 2013 que existían razones para investigar la adquisición del banco de Florida por la caja, pero entendió que el instructor que investigaba el caso, José Elpidio Silva --Elpidio Silva defiende que encarceló a Blesa por riesgo de fuga y destrucción de pruebas--, debió enviar a reparto una nueva denuncia que había presentado el sindicato Manos Limpias (Silva ya investigaba otra del sindicato contra Blesa y Díaz Ferrán por unos créditos de 24 millones al entonces presidente de los empresarios y, además, consejero de la entidad).

En la actualidad dos juzgados de Madrid se resisten a instruir el caso Blesa. La última palabra la tiene ahora la Audiencia Provincial y no se descarta que prevalezca el criterio adoptado en primera instancia por el juez Elpidio Silva --¿Qué ponen los e-mails de Blesa para que el TSJM se los vete a la defensa del juez Silva?--: que todo el caso corresponda al juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional, quien tramita la presunta estafa cometida en la comercialización de las preferentes y la salida a Bolsa de Bankia desde las oficinas de Caja Madrid.

El tema es aún más lioso, pues entre medias la Audiencia Provincial también admitió una querella presentada por el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix -amigo del ministro Alberto Ruiz Gallardón- contra el juez Elpidio Silva. ¿Los motivos? Presuntos delitos de prevaricación, retardo malicioso de la administración de Justicia y delito contra la libertad individual de las personas por haber ordenado el ingreso en prisión en dos ocasiones del cazador Blesa.Miguel Blesa de la Parra llegó a Caja Madrid de la mano del PP y por esa misma puerta del PP se tuvo que marchar --Graciano Palomo: "En el aznarismo hubo alto componente dictatorial, si tenías proximidad al 'conducator' o a su esposa podías llenarte de gloria, como Villalonga o Blesa"--.

Blesa es el paradigma perfecto de la politización y destrucción de las cajas de ahorro por parte de los partidos y sindicatos. Fue nombrado consejero de Caja Madrid en 1993, pero no fue hasta 1996, tras la llegada del PP a La Moncloa, cuando alcanzó la presidencia. Para ello se tuvo que articular un pacto, que se mantuvo durante toda su presidencia, con CCOO e IU --Juan José Azcona: "Cuando Blesa se marcha de Caja Madrid, la entidad estaba bien, lo que la hundió fue la fusión con Bancaja"--.. Llegó a tener como vicepresidente a un ex miembro del prosoviético Partido Comunista de los Pueblos de España, José Antonio Moral Santín. Con ese acuerdo, IU y CCOO ganaron fuerza en el consejo y Blesa se garantizó la paz social y la mayoría para sacar adelante todas sus propuestas.
Y es que Blesa ha manifestado desde siempre una obsesión enfermiza por Florida, así como por las pieles de los animales que cazaba. Una querencia que ha contagiado a su actual mujer --Blesa, 66 años, se casa al segundo intento con Gema Gámez, 40, bajo contratos de confidencialidad--, Gema Gámez Pérez, de 40 años y antigua empleada de Caja Madrid, con la que contrajo matrimonio hace unos meses. Gema Gámez es la única accionista de una empresa constituida en 2011, dedicada a la moda y a la peletería animal, denominada Octubre en Florida S.L.. Además de poético, toda una declaración de pasiones.

Crónica termina su reportaje señalando que a Blesa siempre le gustó vivir bien durante su etapa al frente de Caja Madrid. Como ejemplo de este modus vivendi de lujo quedan la compra de una lujosa mansión en Miami por la que la caja pagó 10 millones de dólares, la compra de un BMW serie 7 blindado que costó 510.000 euros y que, según declaró ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, «le resultaba incomodo»... Y, por supuesto, sus aventuras cinegéticas de caza mayor. ¿Pagaba él?

Pero que no nos engañen, este HdP no mangaba solo.

Si votamos los legitimamos. No votar o votar en blanco.

Angel Velazquez
esmarconi@hotmail.es




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